Era nuestro sueño: disfrutar de la vida ahora que éramos libres. Acurrucados en la cama hicimos toda clase de planes. ¿Bailes de salón? ¿Partidita de mus con los amigotes? Me señora tuvo una idea: salto en paracaídas. Me asusté; ya no teníamos edad. Es ahora o nunca, dijo. Rejuvenecidos, hicimos el amor sin dejar de imaginar. Surfear. Subir al Himalaya. Dar la vuelta al mundo. ¡Viajar en cohete a la luna! El timbrazo nos hizo regresar a la Tierra. Habría que organizarse: yo al cole y ella a los recados; de tarde deberes y extraescolares. Ya viviríamos la vida mañana. O pasado mañana.
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